Tener buenos hábitos alimenticios es fundamental para la salud, especialmente para la salud de tus hijos. Es por eso que consumir comidas sanas garantiza salud sin daño y un buen estado anímico.
Es recomendable mantener una buena alimentación rica en nutrientes como frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras; estas aportan una gran energía a lo largo del día y disminuyen los bajones emocionales causados por picos y caídas de azúcar en la sangre.
Llevar un buen estilo de vida nutritivo no solo evita enfermedades de alto riesgo, sino que también mejora:
- La salud cerebral.
- Reduce el estrés y la ansiedad.
- Favorece el sueño.
Ofrecer una variedad de alimentos coloridos y limitar los ultraprocesados con azúcares añadidos puede marcar la diferencia en el comportamiento y las emociones de tu hijo. Además, involucrarlo en la preparación de sus comidas fomenta hábitos saludables y refuerza la conexión emocional.
Dentro de los alimentos que puedes incluir en la dieta de tu hijo se encuentran:
Alimentos ricos en omega-3
- Pescados grasos: salmón, sardinas y atún.
- Nueces y semillas de chía o linaza.
Frutas y verduras coloridas
- Frutas: plátanos, naranjas, fresas, arándanos y mangos.
- Verduras: espinacas, zanahorias, brócoli y aguacate.
Alimentos ricos en magnesio
- Espinacas, acelgas y otras hojas verdes.
- Frutos secos: almendras, avellanas y nueces.
- Legumbres: lentejas, garbanzos y frijoles.
Carbohidratos complejos
- Avena.
- Arroz integral.
- Pan y pasta integrales.
Proteínas magras
- Pollo, pavo y huevo.
- Yogur natural y quesos bajos en grasa.
Recuerda que una alimentación balanceada combinada con actividad física y buenos hábitos de sueño ayudará a mantener a tu hijo feliz y saludable. Inspíralo a probar nuevos sabores y hacer de la comida una experiencia positiva
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